Necesario reconocer las diferentes formas de ser abuelo
- En el Día del Abuelo/a, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) recuerda que ejercer de abuelo/a debe ser una elección y recalca la importancia de mantener un vínculo sano y gratificante entre abuelo y nieto.
- Fundamental tener en cuenta las nuevas estructuras familiares que pueden comprender abuelos de familias divorciadas, abuelos y abuelas con otras responsabilidades, abuelos a distancia o abuelos de diferentes culturas y procedencias.
- El refuerzo del valor social, evitar la soledad, mantener altos niveles de actividad física y cognitiva; así como la mejora del bienestar subjetivo de los abuelos son parte de los efectos positivos de implicarse de forma activa en la crianza o el acompañamiento de los nietos.
- Dra. Lourdes Bermejo, Vicepresidenta de Gerontología de la SEGG: “en la sociedad actual, y a veces en las familias, por necesidad ante momentos de crisis económica o de dificultades laborales; pero también por comodidad o de los padres, se ha abusado de la figura de los abuelos y como un elemento sobre el que sustentar un modelo socioeconómico”.
Con motivo de la celebración del Día del Abuelo/a el próximo 26 de julio, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), quiere señalar la aparición de nuevas formas de ser abuelo y sus correspondientes cambios en la relación abuelo y nieto.
“En el momento actual, por diversas circunstancias sociales se permite que varias generaciones convivan durante más tiempo extendiendo, de este modo, la experiencia de ser abuelo/a. Sin duda, el vínculo entre los miembros de una familia, en este caso nietos y abuelos, puede ser muy intenso y satisfactorio para todos”, explica la Dra. Lourdes Bermejo, la Vicepresidenta de Gerontología de la SEGG.
Por otro lado, destaca la aparición de diversas maneras de vivir la abuelidad debido a los cambios sociales experimentados en nuestra sociedad. Desde abuelos de familias divorciadas, a los abuelos a distancia, pasando por familias con más de cuatro abuelos (aportados por las nuevas parejas de los progenitores), abuelos sin lazo de sangre o de culturas y procedencias diferentes. “Algunos de estos nuevos perfiles que van emergiendo son nuevos y no tenemos referentes previos claros y, es por ello, necesario analizarlos para conocer sus características idiosincráticas y conocer sus necesidades específicas para, en caso necesario, saber responderlas, teniendo en cuenta la enorme pluralidad de familias y relaciones y las complejidades de las nuevas estructuras familiares”, aclara.
Abuelos sobrecargados
Según la Vicepresidenta de Gerontología ejercer el rol de abuelo libremente comprende múltiples efectos positivos como la satisfacción personal al saberse que aportan a sus familias y a la sociedad, tanto económico como no económico, la participación social, mantener elevados los niveles de activad física y cognitiva, evitar la soledad no deseada y la mejora del bienestar subjetivo. No obstante, también ve necesario señalar la perversidad de que, en momentos de crisis económica y del mercado laboral, se ha utilizado la figura de los abuelos como un elemento crucial y que ha podido llegar incluso hasta el abuso de los abuelos/as.
“Se ha confiado en que los abuelos y abuelas rellenarían los huecos y déficit que las administraciones públicas para la conciliación o no alcanzan a satisfacer, por ejemplo aportando recursos económicos en las familias o implicando un número significativo de horas diarias en el cuidado de sus nietos. Todo ello ocasiona que, en ocasiones, ejercer de abuelo se haya convertido en una obligación externa, especialmente en aquellas familias más vulnerables”, explica. De hecho, según la Vicepresidenta de Gerontología , hay personas mayores que se sienten presionadas socialmente por tener que encargarse de los nietos sin haberlo decido previamente, dedicando más horas de las que realmente querrían, llegando incluso a encargarse de ellos en exclusividad, mientras los padres trabajan o, incluso, mientras descansan.
“Nuestra responsabilidad es la construcción de comunidades en las que utilicemos todos los recursos disponibles, y los abuelos no cabe duda de que lo son, de una forma eficiente y consciente. Pero sin generar unas cargas y una responsabilidad no siempre deseada. Las personas mayores son un gran recurso para las familias y la sociedad, pero a la vez han de disfrutar de todos los beneficios de esa responsabilidad del cuidado de los nietos y evitar, en lo posible, los inconvenientes de una sobrecarga o del hecho de que no puedan realizar otras actividades que les permiten tener un envejecimiento activo y satisfactorio, concluye.
Consejos para relación abuelo y nieto equilibrada
La actitud de los padres es fundamental para lograr una buena relación entre abuelos y nietos. Para ello, es recomendable tener en cuenta los siguientes consejos:
- Los padres deben tener una buena relación con los abuelos. Es importante que hablen bien de los abuelos delante de sus hijos y que se preocupen por ellos, les prestan atención y tengan un trato afectuoso. Los padres son modelos para los niños y estos copian muchos de sus comportamientos; si entre padres y abuelos hay buena relación también la habrá entre abuelos y nietos.
- No contradecir a los abuelos ni discutir con ellos delante de los niños. Los problemas que tengan los padres con los abuelos deben resolverse al margen de los nietos.
- No sobrecargar con tareas a los abuelos. Los padres deben ser prudentes a la hora de pedir ayuda a los abuelos y deben tener presente que, aunque hay abuelos cuya máxima aspiración es dedicar su tiempo a cuidar de sus nietos, tienen derecho a tener su propia vida y a disfrutar de su tiempo libre. Además, según el caso y la edad, pueden tener mermadas sus ganas o sus fuerzas para el cuidado de sus nietos, y de hacerlo puede ser agotador para ellos, aunque no lo digan.
- Integrar a los abuelos en actividades de ocio. Los abuelos no solo deben estar para ayudar, también deben disfrutar y formar parte de los momentos de ocio de la familia, lo que ayudará a reforzar los lazos familiares.
La SEGG reivindica que se puede ser abuelo/a de muchas maneras y con diferentes grados de implicación en los cuidados y en las responsabilidades. La enorme variabilidad de perfiles de abuelos hace necesario realizar un planteamiento en la forma en la que esta relación y vínculo se expresa ya que no es lo mismo ser abuelo con 65 años que serlo con 95, o serlo sin ningún tipo de enfermedad ni limitación a tenerla en algún grado. No todas las personas mayores son, ni quieren ser abuelos. Pero si quieren y pueden, sin duda, ser una gran oportunidad de disfrute, siempre y cuando cada persona, pueda decidirlo.