I CONGRESO NACIONAL COVID 19
TORMENTA PERFECTA EN LAS RESIDENCIAS
Se despertaron muchos interrogantes en las primeras fases de la COVID-19 en nuestro país, y en el resto del mundo. Algunos se fueron resolviendo sobre la marcha y otros siguen estando presentes. ¿Qué sucedió en las Residencias? ¿Por qué allí? ¿Y, el resto de Personas Mayores, aquellas que siguen en sus hogares, ¿cómo se han visto afectadas por el confinamiento? La moderadora de la mesa de la SEGG, Fátima Brañas, jefe de la Sección de Geriatría en Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, puso de manifiesto la necesidad de permanecer en un diálogo constante entre especialistas de distintos ámbitos médicos y de no dejar pasar la oportunidad de aprender, ya que después de todo lo vivido, compartir y discutir es casi una necesidad.
Para empezar a entender la problemática de las residencias, Brañas dio paso al Vocal de la Sección Clínica de la SEGG, Francisco Tarazona, que en su intervención ha ofrecido un contexto numérico, respaldado en numerosos estudios, sobre qué ha sucedido en las residencias durante los meses más duros de la COVID-19. Tarazona afirmaba que las personas de setenta años o mayores han sido un tercio de los casos de COVID-19 en España, han supuesto una de cada dos hospitalizaciones y el 90% de las defunciones por la enfermedad. Por ello, Tarazona resaltaba: “no es la edad en sí, sino la fragilidad, el factor que incide en el mayor riesgo de mortalidad”. Esto se debe a la poca monitorización y el difícil aislamiento que se ha dado en las residencias, y que las ha convertido en la “tormenta perfecta”. Además, al final de su intervención, Tarazona ha añadido que: “la COVID-19 ha expuesto problemas que ya existían en nuestro país, por lo que se debe mejorar y aprender cuanto antes”.
Para entender el por qué las residencias han sido la “tormenta perfecta”, el Presidente de la SEGG, José Augusto García Navarro centró su intervención en cinco factores. El primero es que la enfermedad por CoV-SARS-2 no presentaba desde un inicio un cuadro clínico claro, se podían encontrar personas con la enfermedad presintomáticos, otros asintomáticos e incluso personas con manifestaciones atípicas como reacciones cutáneas. Esto hizo la detección del virus en las residencias más complicada, lo que dio lugar a una gran expansión de éste. El segundo factor es el diseño de las residencias, el 20% de las residencias españolas tienen menos de 25 plazas. Esto implica que los espacios sean reducidos y que para poder hacer un buen aislamiento se carezca de espacio suficiente.
El tercero está ligado a los propios residentes, y es que en muchos casos es muy difícil mantener las medidas de seguridad impuestas por las autoridades sanitarias. Como cuarto factor ha querido resaltar el papel de los trabajadores en las residencias. Según García Navarro: “desde la SEGG hicimos un estudio en el que se vio que, como media al día, los gerocultores pasan entre 43 y 81 minutos con los pacientes, los doctores entre 1 y 3 minutos y los enfermeros entre 5 y 22 minutos.” Y, por último, el quinto factor es la coordinación sanitaria y social, que, en vez de estar unificada, ha sido distinta y con diferentes intervenciones en cada Comunidad Autónoma. Como conclusión, el Presidente de la SEGG, ha afirmado que: “tanto el segundo, como el cuarto, como el quinto factor tienen solución y se pueden modificar antes de los rebrotes, y de hecho, como sexto factor, podríamos incluir unos planes reales de contingencia para cada residencia”.
La última ponencia de la mesa ha estado a cargo del jefe del Servicio de Geriatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, José Antonio Serra Rexach, que se ha centrado en explicar las consecuencias del aislamiento en las Personas Mayores. Ha explicado cómo, a pesar de que dentro del grupo de personas mayores se pueden incluir muchas edades, es “muy importante entender que son un grupo muy heterogéneo, y que por ello hay que tener en cuenta tres factores, además de su situación médica, que son: su situación mental, su situación física y su situación social. Tras el aislamiento, las Personas Mayores han sufrido un deterioro cognitivo, un deterioro funcional y un deterioro anímico que, inevitablemente, ha afectado a su situación médica. También afirmaba que “la valoración geriátrica es imprescindible, y es necesario que se enseñe más geriatría, además de que también hay que escuchar más a las Personas Mayores, ya que se lo merecen por muchísimos motivos”.
Como sociedad, no nos podemos permitir cometer los mismos errores que ya se han cometido. Hay que mejorar los planes de contingencia y escuchar más a las Personas Mayores, se encuentren o no en residencias.