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Noticia SEGG

ASPECTOS BIOLÓGICOS DEL ENVEJECIMIENTO Y SU ACCIÓN EN LA ESFERA MÉDICO-SOCIAL

Dámaso Crespo Santiago.

ASPECTOS BIOLÓGICOS DEL ENVEJECIMIENTO Y SU ACCIÓN EN LA ESFERA MÉDICO-SOCIA

Médico, psicólogo, antropólogo, catedrático de la facultad de medicina de la Universidad de Cantabria (UC) y miembro de la junta directiva, Área Biológica, de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).

El envejecimiento es la fase final del ciclo vital de las personas y los seres vivos, que termina con la eliminación de cada elemento concreto de la especie. Desde las fases de fecundación, desarrollo embrionario y fetal, desarrollo postnatal temprano, infancia, adolescencia, madurez, adulto y envejecimiento son diversas las maneras que tenemos de influir para prevenir las alteraciones que se manifestarán de forma más florida en nuestra vejez.

El envejecimiento humano representa la manifestación, asociada al paso del tiempo, de diversas reducciones en la capacidad de adaptación de nuestras células en los diversos tejidos y órganos de nuestra bioeconomía. Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento humano es un proceso que tiene las siguientes características. El primer lugar es CONTINUO, es decir una vez iniciado tiene una vía continua de avance. Es PROGRESIVO, es decir, aunque pueda haber fases en las cuales parezca que el envejecimiento se ha parado, sus consecuencias biológicas en nuestra fisiología no se han detenido. Es UNIVERSAL, pues, ocurre en todas las poblaciones, aunque con diferentes grados de afectación. Es VARIABLE dado que no todas las personas o seres vivos de una misma especie envejecen al mismo ritmo. Finalmente podemos decir que, a diferencia de las enfermedades, el envejecimiento NO ES TRATABLE, sí podemos tratar las enfermedades y alteraciones asociadas a este proceso, pero no el mismo como tal. En este último aspecto se basan las aproximaciones geriátricas y gerontológicas que tratan de reducir los efectos perniciosos de diversas dolencias, enfermedades y actividades sobre nuestros organismos en la vejez.

Para estudiar el proceso de envejecimiento, conocer cómo se afectan las moléculas que constituyen nuestras células y elementos extracelulares, es necesario partir de modelos sencillos para su estudio. En biomedicina del envejecimiento hay diversos modelos que se consideran fundamentales para analizar este proceso desde un punto de vista evolutivo que permita aportar ideas que puedan ser aplicadas al envejecimiento humano. Así, los cultivos celulares, los animales unicelulares, los múridos (ratas y ratones), los simios y finalmente los humanos son básicamente los modelos más utilizados para el conocimiento de las bases biológicas del envejecimiento.

Gracias a estos modelos sabemos que existen dos grandes procesos de afectan a la fisiología de nuestras células y que se acrecientan en la fase de envejecimiento. Estos dos procesos son: la acción de los denominados radicales libres de oxígeno (RLO) y el acortamiento de los telómeros.

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Los RLO son moléculas de oxígeno que están alteradas y producen reacciones dañinas sobre otras moléculas de nuestras células. La acción continua y mantenida de los RLO determina la muerte de las células afectadas y consiguientemente la destrucción de esas células acarrea la mala o no función del órgano afectado con las graves consecuencias que esto tiene.

Los RLO se producen como consecuencia de la respiración, al inspirar introducimos en nuestras vías aéreas oxígeno que en los pulmones pasa a los glóbulos rojos, al unirse a la hemoglobina, y posteriormente en los capilares de nuestro sistema circulatorio el oxígeno pasa a las células y es intercambiado por anhídrido carbónico que en viaje de retorno será eliminad en la espiración. Cuando el oxígeno entra en nuestras células es captado por unos orgánulos celulares que se denominan mitocondrias y allí es donde este oxígeno es utilizado para producir la energía que nuestras células necesitan para mantener su metabolismo. Pero este sistema no es perfecto y como consecuencia de la presencia de oxígeno en las mitocondrias se producen unos, llamémoslos, subproductos tóxicos que son los RLO. Nuestro organismo y concretamente nuestras células tienen sistemas para detoxificar estos RLO, así que su baja producción y la acción de los sistemas de detoxificación permiten asegurar una mínima acción de los RLO sobre nuestras células. Pero aunque estas moléculas tóxicas se generan en cantidades muy pequeñas y la gran mayoría son eliminadas, algunas no son destruidas y su acción durante toda la vida de las personas, sobre otras moléculas, determina el daño en las estructuras afectadas.

Contra la acción de los RLO podemos actuar de forma natural, ayudando a nuestro organismo a reducir su formación o a incrementar el proceso de su destrucción. En este sentido se ha demostrado que un proceso tan sencillo como es una dieta sana y equilibrada suministra a las personas los nutrientes apropiados para la destrucción casi total de los RLO. La dieta mediterránea aporta una pléyade de moléculas que ayudan en esta función. El aceite de oliva, los cítricos, las legumbres y las hortalizas, el pescado y una buena hidratación son la base de la dieta que asegura una buena detoxificación de RLO. Probablemente una de las causas que explican la elevada esperanza de vida de los países del norte del mediterráneo, entre ellos España, sea la dieta, como así sugieren diversos estudios científicos.

El otro elemento que se considera fundamental en el proceso de envejecimiento son los denominados telómeros. Los telómeros son los extremos de las cadenas de ácido desoxirribonucleico (ADN) que por así decirlo protegen el resto de la cadena de ADN en la cual se encuentra la información genética para la síntesis de nuestras proteínas. Una teoría que trata de explicar el envejecimiento es la denominada “Acortamiento de los telómeros”. Esta teoría postula que cada vez que nuestras células se dividen deben, previamente, duplicar el ADN para así pasar las copias adecuadas a las células hijas. Hoy sabemos que cada vez que el ADN se duplica en el proceso previo a la división celular (mitosis o meiosis) este no se copia totalmente y así paulatinamente los telómeros se acortan. Llegando a una longitud mínima de seguridad de los telómeros, la célula entra en un proceso de muerte y así es eliminada para proteger el ADN de posibles alteraciones, entre las cuales están las mutaciones. Esta teoría tiene su punto fuerte en el hecho por el cual las células tumorales que causan cáncer no mueren y se multiplican de forma exitosa. La clave de este éxito está en la presencia, en estas células cancerosas, de la enzima telomerasa que cada vez que la célula se divide, regenera la longitud de los telómeros y de esta manera nunca se llega a la distancia mínima de seguridad de ellos mismos y la célula continúa dividiéndose sin cesar. Numerosas investigaciones se están llevando a cabo en este campo de los telómeros, tanto en la línea de impedir la acción de la telomerasa, para prevenir el cáncer, como en la línea de activarla para facilitar la división celular y así inducir la renovación de las células viejas y/o muertas y su sustitución por células jóvenes con mejores actividades funcionales. El ADN es muy estable pero la información que se expresa sí puede estar sometida a cambios, y esto se debe a la modulación/regulación epigenética, que también puede modificarse por factores externos

En nuestro organismo tenemos tres sistemas que permiten que nuestras células funcionen como parte de un todo, nuestro cuerpo. Estos sistemas son el sistema nervioso, el sistema endocrino y el sistema inmune. El sistema nervioso actúa de forma rápida y con señales muy precisas (neurotransmisores). El sistema endocrino actúa de forma más lenta y con señales más difusas (hormonas). El sistema inmune, de tanta actualidad por la COVID-19 actúa vigilando la composición molecular de nuestros organismos y eliminando aquellas células propias (ej. células tumorales) o agentes extraños que pudieran alterar nuestra actividad biológica. Entre los agentes extraños debemos incluir los virus y las bacterias). Considerando la importancia que tiene el sistema inmune es importante señalar que la actividad de dicho sistema se ve reducida con el envejecimiento y que muchas de sus capacidades se encuentran reducidas, tales como; la memoria inmunológica (si se ha pasado una enfermedad infecciosa, se recuerda por la presencia de inmunoglobulinas -anticuerpos-) y una vez que ese patógeno trata de reingresar en nuestro organismo es rápidamente eliminado. Recordemos que muchos virus mutan y de esta forma evitan ser reconocidos por nuestra inmunidad (ej. El virus de la gripe que cada temporada se presenta como un nuevo agente). Además, la capacidad de nuestras células plasmáticas de producir inmunoglobulinas se reduce y cuando se suministra una vacuna en muchos casos no se produce la reacción deseada y son necesarias segundas o terceras dosis para disparar una respuesta inmune adecuada.

En el Congreso de la SEGG que tendrá lugar en Madrid entre los próximos 22 y 24 de junio, en el Área Biológica de nuestra sociedad de tratarán estos procesos: epigenética, telómeros e inmunidad, y se aportarán nuevos conocimientos que ayudarán a plantear medidas terapéuticas que ayuden a mantener nuestros organismos de forma sana durante esta etapa del ciclo vital. Para ello contamos con un grupo de expertos, de reconocido prestigio internacional, en los diferentes temas propuestos que nos presentarán los resultados de sus investigaciones en los mencionados campos de trabajo.

 
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