VALORACIÓN DE LA ONCOGERIATRÍA EN LA ACTUALIDAD
Un total de 280.101 nuevos casos de cáncer serán diagnosticados este año de los cuales el 59.3% tendrán más de 65 años según estimaciones del informe anual de SEOM del pasado mes de febrero; más de la mitad de las muertes por cáncer acontecen en mayores de 65 años y más de la mitad de los supervivientes son mayores de 65 años.
Datos analizados en la Jornada de Oncogeriatría celebrada en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz organizada por Myriam Rodríguez Couso y Carlos Oñoro, coordinadora y secretario del grupo de Oncogeriatría de la SEGG.
Las medidas de resultados consideradas clásicamente el gold estándar en la oncología general – la supervivencia global y la supervivencia libre de enfermedad (OS y DFS) –pueden no ser las medidas más importantes para el paciente mayor en el que puede ser más importante evitar toxicidad grave de los tratamientos, mantener la calidad de vida o la independencia funcional.
Más de 400 personas, de forma presencial y vía streaming asistieron a esta jornada desde distintos países como México, Perú o Colombia con lo que se ha llevado el manejo oncogeriátrico a especialistas de todo el mundo en una jornada imprescindible para los especialistas.
En opinión de Myriam Rodríguez Couso, jornadas y actividades formativas como ésta están plenamente justificadas porque profesionales, gestores y gobiernos son conocedores de que el abordaje y el manejo del paciente mayor con cáncer es un asunto sanitario prioritario, tanto por las cifras que nos confirman su magnitud como por la complejidad y la heterogeneidad de este grupo de población.
Entre las ideas planteadas en las ponencias de esta jornada se encuentran que es esencial que se desarrollen ya modelos asistenciales que se adapten a la heterogeneidad de este grupo de población, y que den respuesta a sus diferentes grados de fragilidad y complejidad de una forma individualizada y centrada en el paciente con equipos multidisciplinares.
Aproximadamente el 40% de los pacientes mayores con cáncer son frágiles (y el 43% se catalogarían como pre-frágiles) y este riesgo se incrementa conforme aumenta la edad cronológica.
Desde el Grupo de Oncogeriatría de la SEGG se considera imprescindible que se apoyen iniciativas de puesta al día de los nuevos conocimientos, avances y oportunidades de tratamiento para los pacientes mayores con cáncer, que también contribuyan a asegurar la accesibilidad y la equidad en la atención de éstos y la sostenibilidad de los sistemas de salud. Aún queda mucho camino por recorrer para disponer de evidencia científica potente de los beneficios que los tratamientos actuales y los nuevos pueden ofrecer a este perfil de pacientes.
Desde la EMA, la FDA y la SIOG se promueve la inclusión en los ensayos clínicos pivotales oncológicos generales de población más representativa (evitando criterios de inclusión estrictos), como mayores frágiles (non-fit). Esto no siempre es posible puesto que los riesgos de eventos adversos/toxicidad grave pueden ser demasiado importantes para algunos tratamientos, pero sí se puede en estos casos diseñar ensayos clínicos específicos para mayores frágiles, incorporando cada vez más “resultados relevantes” para este grupo de población con end-points compuestos de “utilidad global del tratamiento”.
La valoración geriátrica integral (VGI) y exhaustiva se ha puesto en gran valor y todas las guías internacionales relacionadas con el cáncer recomiendan su uso.
Los ponentes han destacado también que la fragilidad impacta en la toma de decisiones de diferentes formas; la frecuente exclusión de los mayores frágiles de los ensayos clínicos conduce a patrones de infra y de sobretratamiento; la VGI es la herramienta clave para obtener una información integral del estado de salud del paciente mayor con cáncer y de sus potenciales vulnerabilidades, y con ella diseñar un plan de intervenciones específicas dirigidas a minimizar o revertir su estado de fragilidad, lo que le coloque en situación de poder tolerar y finalizar el tratamiento oncoespecífico propuesto y obtener resultados beneficiosos. Cada vez se tiene más evidencia de los beneficios de incorporar la VGI y las intervenciones de un geriatra en los equipos quirúrgicos oncológicos.
En cuanto a la tolerabilidad a los tratamientos emerge como un concepto multidimensional al que deben dirigirse mayores esfuerzos de investigación y de conversación con el paciente, incorporando lo que es importante para éste y su propia experiencia.
La prehabilitación representa una magnífica oportunidad de preparar al paciente mayor con cáncer, con acciones específicas especialmente de ejercicio físico, intervención nutricional y herramientas psicológicas, sin olvidar otros aspectos como la adecuación de la medicación, la estabilidad de sus enfermedades crónicas o los aspectos sociales, para la “agresión” que supone un tratamiento oncoespecífico, y tener así la oportunidad de mejorar los resultados con menor declinar funcional y eventos adversos.
La valoración e intervención nutricional en cualquiera de los escenarios del paciente mayor con cáncer es imprescindible y determinante para los resultados obtenidos del tratamiento oncoespecífico. La malnutrición es un marcador de mal prónostico independiente. La intervención ha de ser precoz y siempre individualizada, pues el paciente se encuentra ya por el propio tumor en una situación de riesgo de malnutrición y al iniciar cualquier tratamiento esta situación de catabolismo no hace sino incrementarse y ponerle en gran riesgo de evolución desfavorable en múltiples formas.
La jornada ha servido para una magnífica actualización con respecto a los avances en el manejo y tratamiento de algunos de los tipos de cáncer más prevalentes en el paciente mayor – pulmón, linfoma, mama, colon y próstata – en los últimos dos años (desde el inicio de la pandemia) de la mano de los mejores referentes en sus respectivos campos.
La radioterapia representa una opción terapéutica - sola o en combinación con otros tratamientos - válida, útil y segura para el paciente mayor con cáncer, especialmente técnicas como el hipofraccionamiento, la braquiterapia o la RT estereotáctica para los pacientes frágiles.
Finalmente, se ha confirmado que ha habido un crecimiento exponencial de las publicaciones científicas que hacen referencia al campo de la oncogeriatría en los últimos años.