EMILIANA VICENTE GONZÁLEZ: EL TRABAJO SOCIAL SERÁ UN FACTOR CLAVE PARA EL DESARROLLO
La SEGG y el Consejo General del Trabajo Social firman un acuerdo
Abordar las desigualdades estructurales, mitigar y en lo posible acabar con la pobreza, poner fin al hambre, combatir el cambio climático, mejorar los servicios de salud, impulsar la educación en todos sus niveles, reconvertir y universalizar los servicios sociales, garantizar sistemas de protección social estables, así como universalizar el acceso a Internet son algunas de las metas que están a nuestro alcance. Cuestiones que forman parte de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible comprometidos por todos los países para alcanzarlos en 2030.
El trabajo social debe estar presente y activo ante las injusticias, la discriminación, la violencia, y los discursos de odio que están calando en nuestra sociedad. Todos los avances nos interpelan, no podemos quedarnos en la gestión de la vulnerabilidad. Debemos construir, por tanto, una alternativa de sociedad en la que las personas, el planeta, la sociedad en su conjunto, sean las piedras angulares. Debemos sumar fuerzas para hacer propuestas que contribuyan a acabar con las causas globales y locales de la pobreza. Se hace más necesario que nunca hacer visible la importancia de lo Social, revalorizar su contenido y su función. Lo que realmente refuerza y consolida los derechos sociales de todas las personas en un Estado de Derecho, es la solidez y la suficiencia de los Sistemas Públicos que conforman los pilares de nuestro Estado de Bienestar.
La importancia del trabajo social deriva de su enfoque en lo social, su compromiso humanista con la lucha contra la opresión, la igualdad y la justicia personal y social, su holismo y su equilibrio entre la capacidad de respuesta individualista y las habilidades interactivas interpersonales.
El Trabajo Social se rige por principios técnico-epistemológicos, humanizantes y humanizadores. Comprende la persona como un sujeto con dignidad y derechos universales. Como disciplina de la intervención social, parte de los valores filosóficos y los principios éticos de los Derechos Humanos, de la dignidad de la persona, la igualdad de oportunidades y la justicia social. La búsqueda de máximos éticos en las intervenciones desde el Trabajo Social debiera ser un requisito necesario.
El Trabajo Social como profesión, por su dimensión proactiva y de reflexión, ha aportado elementos estratégicos en la construcción y el avance en los derechos de la ciudadanía desde los diversos sistemas en los que se encuentra presente. Ha contribuido a aumentar la conciencia ética y en ese sentido tiene que seguir contribuyendo mediante la reflexión sistemática sobre la actuación profesional.
La profesión del trabajo social es una disciplina que tiene un enfoque holístico y dispone de una visión panorámica/integral de la persona y su entorno. Desde esta premisa, la disciplina tiene que ir acompañada del equilibrio entre los diferentes sistemas que atienden a la Sociedad, superando las etiquetes de pobreza, vulnerabilidad, exclusión, etc. y conectar con un enfoque dinámico, holístico, que favorece una lectura más global e integral de la realidad/sociedad, viendo a la persona como un todo.
El trabajo social comunitario será un factor clave para promover procesos de desarrollo local, potenciador de la ciudadanía, facilitador de acceso a derechos y regenerador de las ciudades. La participación de la comunidad es esencial para modificar condiciones de zonas desfavorecidas, convirtiendo a la profesión en un recurso esencial para movilizar y garantizar la igualdad de oportunidades. Hagamos del Trabajo Social una profesión viva, afrontemos el reto y el compromiso de implementar la ética en las organizaciones y sistemas de las que formamos parte.
La sociedad actual vive en constante cambio y se enfrenta cada día a transformaciones que afectan directamente a las personas, a las profesiones, a las organizaciones, en definitiva, a la sociedad civil y a la ciudadanía. Los problemas sociales surgen por multiplicidad de causas, en ocasiones de muy difícil solución, es aquí donde nuestra profesión el trabajo social, debe tratar de acompañar los procesos vitales de las personas favoreciendo respuestas. Por tanto, debemos ser capaces de conocer, conectar y generar soluciones desde nuestra profesión.