SATISFACCIÓN DE LA SEGG POR LA INCLUSIÓN DEL TÉRMINO EDADISMO EN EL DICCIONARIO DE LA RAE
La SEGG lo solicitó en julio de 2020 “porque el edadismo es un desafío cotidiano. Los Mayores son ignorados para el empleo, con acceso restringido a los servicios sociales y estereotipado en los medios de comunicación. En definitiva, el edadismo margina y excluye a las personas mayores en sus comunidades.”
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología quiere expresar su satisfacción por la aceptación del término Edadismo como nueva entrada en el diccionario de la Real Academia Española, tal como solicitó oficialmente la SEGG en carta remitida el 3 de julio de 2020 a esa institución.
La palabra Edadismo aparece, a partir de ahora, definida como “discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas”. La RAE ha notificado esta aceptación en un acto que ha contado con la participación del director de la RAE y presidente de la Asale, Santiago Muñoz Machado, y la directora del Diccionario, la académica Paz Battaner.
En la solicitud enviada por el presidente de la SEGG, José Augusto García Navarro como apoyo a la propuesta de nuestro socio D. José Regidor García, se menciona que el término Ageism (edadismo) fue acuñado por el Psiquiatra y Gerontólogo americano, Dr. Robert Neil Butler, para referirse a la discriminación que padecen las personas mayores en una sociedad envejecida. El Dr. Butler fue el primer director del National Institute on Aging de Estados Unidos y fundador del International Longevity Centre.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el “edadismo” como el estereotipo, el prejuicio y la discriminación contra las personas en función de su edad. El término “edadismo” se ha construido por analogía con otras formas de discriminación, como el racismo y el sexismo.
El edadismo está muy extendido y es una práctica insidiosa que tiene efectos nocivos sobre la salud de los adultos mayores (la discriminación de los mayores afectados por el COVID-19 en prácticamente todo el mundo y la importante tasa de mortalidad en las residencias de mayores son ejemplos trágicos de edadismo).
Para las personas mayores, el edadismo es un desafío cotidiano. Ignorados para el empleo, con acceso restringido a los servicios sociales y estereotipado en los medios de comunicación. En definitiva, el edadismo margina y excluye a las personas mayores en sus comunidades.”
La aceptación del término está, además, justificada en cuanto que se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, de 7.700 millones en la actualidad a 9.700 millones en 2050, según un nuevo informe de Naciones Unidas. “La población mundial está envejeciendo y el grupo de edad de 65 años o más es el que crece más rápidamente. Se estima que para 2.050, una de cada seis personas en el mundo (16% de la población) tendrá más de 65 años, lo que supone casi el doble de las que existían en 2019, una de cada 11 (9%). Este notable incremento de los adultos mayores en nuestras sociedades se debe, por un lado, al aumento de la expectativa de vida y, por otro, a la disminución de la tasa de natalidad.
La longevidad alcanzada por los seres humanos de manera prácticamente global, nos invita a considerarlo como un gran éxito. Sin embargo, este incremento de adultos mayores en nuestras sociedades “avanzadas” se ha ido traduciendo en un rechazo a estos adultos mayores por suponer un “costo” elevado para el “sector productivo” de la población. Este rechazo inicial se ha ido convirtiendo con el tiempo en una actitud claramente discriminatoria hacia las personas mayores.
En este contexto, el Fondo Monetario Internacional expresó que “A medida que las poblaciones envejezcan en las próximas décadas, los ancianos consumirán una parte creciente de los recursos”, por lo que “hay que preocuparse por las implicaciones financieras potencialmente muy grandes del riesgo de longevidad”.
Como confirmación del peso específico del edadismo, el estudio de la profesora Ayalon sobre prevalencia de discriminaciones en Europa ha puesto de manifiesto que, en la mayoría de los países europeos, la discriminación por edad supera ampliamente a otras formas de discriminación, un 34,5%, seguida de la discriminación por género (sexismo: 24,9%) y de la discriminación étnica (racismo: 17,3%).
En la carta se afirma también que “La OMS, las Naciones Unidas y otras muchas organizaciones públicas y privadas han realizado un llamamiento a la sociedad para combatir el edadismo en los últimos tiempos y que “introducir como nueva entrada en el DLE de la RAE el término “edadismo” contribuiría a que se prestara una mayor atención a esta forma de discriminación a la que apenas se dedica esfuerzos para erradicarla, a pesar de su extensión en nuestra sociedad. Asimismo, su inclusión como nueva entrada evitaría el uso de términos con una formación ajena a los procedimientos de nuestra lengua (edaísmo, ageísmo) y proporcionaría un soporte cultural y moral para los hispanohablantes, que será de enorme valor para nuestros mayores, para nuestras instituciones públicas y para nuestra sociedad en general.”