“LA INTERACCIÓN INTERGENERACIONAL ES MUY POSITIVA PARA LOS MAYORES”

Karl Pillemer, sociólogo y gerontólogo de Cornell University, interviene en el 63 congreso de la SEGG, para hablar de Abuso y Exclusión social y aportar sus investigaciones de las últimos años sobre soluciones contra el edadismo, las relaciones intergeneracionales y el abuso y maltrato contra los mayores.

- Su ponencia en el 63 congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología trata sobre “Abuso y Exclusión Social”. Quizá sería interesante empezar esta entrevista por definir estos términos y si siempre hay que tratarlos conjuntamente.

Una muy buena pregunta! El abuso de ancianos se ha definido de muchas maneras diferentes a lo largo de los años. En los Estados Unidos, por ejemplo, muchos de nuestros 50 estados utilizan definiciones diferentes, lo que puede resultar confuso para la política y la práctica. Aunque las definiciones difieren, existe un acuerdo general sobre los cinco tipos principales de maltrato a personas mayores: abuso físico o actos realizados con la intención de causar daño o dolor físico; maltrato psicológico o verbal, definido como actos realizados con el objetivo de causar daño o dolor emocional; abuso sexual, definido como contacto sexual no consentido de cualquier tipo; explotación financiera, que implica la apropiación indebida del dinero o la propiedad de una persona mayor; y negligencia o la falta de un cuidador designado para satisfacer las necesidades de una persona mayor dependiente.

La exclusión social se superpone con el maltrato a personas mayores, pero, por supuesto, no es lo mismo. En general, la exclusión social implica la negación sistemática a las personas, por el solo hecho de haber alcanzado cierta edad, de cosas como: participación social, influencia política, recursos, servicios y estatus disponibles para otras personas. En mi opinión, la discriminación por edad, tanto a nivel social como individual, es un componente de importancia crítica de la exclusión social.

-¿El problema de abuso de los Mayores se estudia más en la actualidad? ¿Realmente se tenía en cuenta hace unos años?

Cuesta creer que los primeros estudios sobre maltrato a personas mayores se realizaron hace casi 50 años. Durante gran parte de ese tiempo, la investigación progresó muy lentamente, en pasos pequeños e incrementales. Durante la última década, la actividad investigadora, afortunadamente, se ha intensificado y crecido. Ahora tenemos una estimación mucho mejor de la prevalencia del abuso de personas mayores, quién es más probable que se vea afectado y cuáles son las consecuencias. Un cuerpo de investigación emergente está estudiando el abuso y la negligencia con los ancianos en el cuidado a largo plazo. Donde este área realmente se ha quedado atrás es en lo referente a la investigación de intervención. Desafortunadamente, todavía no existen programas basados en evidencia para prevenir o tratar el abuso de ancianos. Ésta es la frontera más importante para la investigación.

-Ha publicado una guía para familias fracturadas ¿se puede recurrir a la ciencia para reparar daños de este tipo? ¿En su opinión, se pueden recuperar esos lazos, esas relaciones?

Sí, como saben, tengo interés en los problemas de las familias después de que los niños se conviertan en adultos. Hice una serie de estudios de casi 10 años sobre el distanciamiento familiar; es decir, cuando dos o más familias cortan el contacto entre sí. En los Estados Unidos, descubrimos que casi una cuarta parte de los adultos reportan un distanciamiento en sus familias. Creo que esto puede ser más común en los Estados Unidos que en países como España, donde probablemente existan normas más estrictas para los lazos familiares. También pude estudiar a más de 100 personas que se reconciliaron con sus familias después de distanciamientos que duraron años o décadas. La buena noticia es que las personas pueden volver a conectarse, incluso después de historias familiares muy difíciles. Sin embargo, necesitamos mucha más investigación sobre cómo promover la reconciliación, porque muchas personas siguen distanciadas, a pesar de que les beneficiaría a ellos y a la familia volver a estar juntos.

-Ha dedicado gran parte de su labor profesional a la familia y las relaciones personales. ¿Han cambiado las relaciones entre generaciones en los últimos tiempos?

Me fascina tanto lo que es diferente como lo que es igual. Las encuestas muestran que la mayoría de los padres y sus hijos adultos reportan relaciones que generalmente son buenas y al menos algo cercanas. Sin embargo, también se ha producido un debilitamiento de las normas, o reglas, que regían las relaciones intergeneracionales. Para las generaciones más jóvenes, en particular, las relaciones familiares se consideran más voluntarias, en lugar de que deban actuar de cierta manera hacia sus padres. Esto, a su vez, a veces puede resultar confuso para sus madres y padres. Otro cambio es muy dramático: el enorme aumento en la vida compartida de las generaciones. A diferencia de épocas anteriores, la mayoría de las personas pueden esperar 30, 40 o más años de relaciones con niños después de que se conviertan en adultos. La esperanza de vida humana alargada también aumenta el tiempo que tenemos para interactuar con nuestros hermanos, padres e hijos adultos.

-De sus actuales investigaciones sobre los Mayores ¿se pueden derivar propuestas para su integración y valoración en la comunidad?

Hay algunas propuestas claras que pueden ayudar. Es importante que los gobiernos fomenten el envejecimiento activo, fomentando políticas que permitan a las personas mayores permanecer integradas socialmente; es decir, continuar en roles y relaciones significativas. Es importante luchar contra la discriminación por edad en el lugar de trabajo, que es muy común. Para mantener a las personas mayores incluídas e involucradas, también debemos promover comunidades amigables con las personas mayores, transporte accesible y vecindarios transitables.

-¿Hay alguna fórmula para luchar con eficacia contra el edadismo?

Aquí hay buenas noticias. Recientemente hicimos lo que se llama una "revisión sistemática" de los programas de intervención para reducir las actitudes y creencias discriminatorias. Descubrimos que los programas de capacitación y las intervenciones que fomentan la interacción intergeneracional son muy efectivos para promover actitudes más positivas sobre el envejecimiento y las personas mayores. Así que hay muchos programas que podemos usar que realmente funcionan para prevenir o reducir la discriminación por edad.

-También estudia los cuidados paliativos a largo plazo y la sabiduría de los ancianos... ¿qué conclusiones podría compartir por el momento

Haría una declaración simple, pero de vital importancia: necesitamos volver a la idea de que las personas mayores son fuentes inestimables de orientación práctica para vivir. No me refiero solo a la sabiduría generalizada sino a que las personas mayores pueden tener consejos útiles para los jóvenes basados en su experiencia personal de los problemas de la vida, así como de los hechos históricos que han vivido. Estamos en medio de un experimento peligroso, en el que la mayoría de los jóvenes casi no tienen contacto con las personas mayores, fuera de las visitas ocasionales de sus propias familias. Necesitamos restaurar la idea de los adultos mayores como grandes fuentes de consejos sobre cómo vivir una vida mejor y más plena.