NUEVO MODELO CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN, EL DEBATE IMPRESCINDIBLE
La necesidad de un cambio en el Modelo de Cuidados de Larga Duración y de impulsar una desinstitucionalización ha sido el tema abordado en un debate organizado por Jubilare y la UMER en el que han participado el presidente de la SEGG y representantes de varias organizaciones.
José Augusto García Navarro ha introducido el debate afirmando que estamos intentando cambiar el modelo de Cuidados de Larga Duración. “Es muy importante tener en cuenta que la epidemia nos ha abierto los ojos porque el modelo de la situación residencial es muy mejorable. Ahora pensamos en nuevos modelos.”
Según datos del Observatorio Europeo de la London School of Economics que ha aportado, el número de personas fallecidas durante la pandemia que vivían en residencias fueron en Canadá, un 59%; en Suecia, un 49%; en España, más del 50% y en Dinamarca, un 39% y hay que preguntarse qué políticas tiene este país para que sus índices sean más bajos.
Entre los factores que se deben tener en cuenta, están las cifras de que en 7 años, de 2011 a 2018, una de cada 3 personas ingresadas en residencias presentaban demencia mientas que en la actualidad es una de cada dos personas; “son personas muy delicadas.” “Según datos de noviembre de 2020 del IMSERSO, era mucho menor el número de fallecidos en domicilios que en residencias lo cual indica que debemos ir a un NUEVO Modelo de Cuidados de Larga Duración, más basado en la comunidad y en el domicilio que en residencias.”
García Navarro también ha comentado que el número de camas en residencias por 100.000 habitantes en España crece desde 2008 mientras que en otros países como Dinamarca, bajan; un país éste con 6 veces más presupuesto para atender a personas en domicilios que el dedicado a la atención en residencias.
Según José Augusto García Navarro, el nuevo modelo debe orientarse a proporcionar mayor autonomía, más centros de día, viviendas con servicios. Residencias, las imprescindibles y buscar un trato más centrado en la persona y que los Ayuntamientos y las instituciones faciliten la participación de las personas y sus familiares. Aquí en España se empiezan a poner los primeros pasos con la estrategia estatal de Desinstitucionalización impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que incluye algunos elementos importantes de este cambio de modelo.
Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, comenzó su intervención mencionando la cifra de 400.000 personas que hoy en día viven en residencias en España porque es difícil mantenerse en casa en determinadas situaciones como las de personas con demencia cuando los cuidadores son la familia. El mayor peso de los cuidados lo aportan las familias y muchas veces en solitario: hay que cambiar estos apoyos teniendo en cuenta las características de las viviendas, los centros de día, los apoyos de la comunidad para no negar realmente que las residencias son útiles y cada persona quiere que se le respete y se tengan en cuenta sus derechos. “Hay que cambiar el modelo. Hace diez años, la realidad era muy diferente y nadie se planteaba el modelo de atención. Se miraba hacia otro lado cuando las familias decían que necesitaban apoyo. Lo positivo de la pandemia ha sido que ha puesto en la agenda que los Mayores necesitan apoyo. Las residencias hay que cambiarlas, hay muchas maneras de vivir cuando se necesitan apoyos y hay que cambiarlas desde dentro.”
Jordi Amblás, director de la Agencia de Integración Social y Sanitaria de Cataluña (AISS), del Departamento de Salud de Cataluña ha presentado el modelo que se está avanzando en esta comunidad autónoma después de afirmar que “es necesario un cambio de modelo y plantearse cómo integrar la atención sanitaria y social, una tarea difícil que implica una dinámica revolucionaria porque es necesaria una atención más integrada porque la realidad está cambiando.”
En menos de un siglo – ha dicho- se ha doblado la esperanza de vida, un logro extraordinario, pero habrá que tener en cuenta que en 2060 se habrá triplicado la población de más de 85 años y esto tiene un coste de una magnitud extraordinaria. Hay unas demandas a las que se da respuesta como hace cincuenta años.
A lo largo de un año necesitamos más de veinte recursos y estamos presos de la burocracia, los profesionales y el sistema. El 5% de las personas más complejas de nuestra sociedad consumen más de la mitad de los recursos del sistema de salud. Hay que buscar una atención integrada, armonizada con una forma de trabajar diferente siempre orientada a la atención centrada en las personas.
El proyecto en Cataluña se basa en un modelo que se intenta desde hace treinta años y que ahora avanza y que alinea las administraciones. “En 2023 ya necesitamos respuestas efectivas. Las prioridades son crear una agencia social y sanitaria y establecer cuatro líneas de actuación: la domiciliaria, residencial, salud mental y de sistemas de información. Creemos que esta vez va a ser de verdad porque es evidente esta necesidad tras la pandemia y en Cataluña hay un consenso explícito en esta materia.”
Laura Atares, coordinadora general del proyecto “Vivir mejor en casa”, el proyecto que gestiona la SEGG con CEOMA, dentro de la estrategia de desinstitucionalización del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, presentó las dos líneas de actuación del proyecto que se llevan a cabo en Cataluña, para retrasar la entrada en residencias, y la de vuelta a la vida en la comunidad que tiene lugar en dos residencias de Navarra. “Creemos que es posible demostrar que quienes deseen hacerlo puedan volver a vivir en comunidad dejando la residencia y se puede intensificar la ayuda en domicilio para retrasar el ingreso. Es imprescindible poner a las personas en el centro, conocer la red más próxima (especialmente no profesionales), potenciar la ayuda a domicilio, los centros de día, la teleasistencia, facilitar los servicios de las residencias a los que viven en comunidad. Se trata de un proyecto de innovación social para generar evidencias.”
Alberto Muñoz, miembro de Jubilare, organizador del evento junto con la UMER, se refirió a la opinión de esta institución en cuanto a que hay que tratar a las personas mayores sin connotaciones negativas y es necesario aportar soluciones positivas con una mayor desinstitucionalización y promover condiciones para vivir de forma autónoma en su hogar.