ISACCO MONTRONI: “EL CUIDADO DE LOS MAYORES CON CÁNCER ES UN RETO FASCINANTE PARA CLÍNICOS Y CIRUJANOS”
ISACCO MONTRONI, Cirujano General, Jefe de la Unidad de Cirugía Colorrectal del Hospital Santa Maria delle Croci en Ravenna, en Madrid en una Jornada sobre Nuevos Retos en Oncogeriatría, ha manifestado a la SEGG que detecta edadismo en el tratamiento a Mayores con cáncer, y que ha estado al frente de investigaciones que demuestran que la mayoría de los pacientes de edad avanzada experimentan una buena calidad de vida y se mantienen independientes tras una cirugía mayor del cáncer. Dice también a los clínicos que “no están solos” en la atención a las personas frágiles.
- ¿Podemos empezar esta entrevista preguntándole directamente por su ponencia en las IIJornadas sobre Nuevos Retos en Oncogeriatría: CIirugía oncológica en Adultos Mayores; avances recientes y efectos sobre la funcionalidad y Calidad de vida? ¿Le gustaría destacar algo sobre la misma?
El número de pacientes con cáncer mayores de 70 años está aumentando rápidamente, pero la atención quirúrgica óptima y los resultados siguen siendo poco investigados. A pesar de reconocer que este grupo de edad es único y heterogéneo, los médicos tienen un modesto conocimiento de las implicaciones de la cirugía en cada paciente. Los conocimientos científicos sobre los pacientes oncológicos de edad avanzada proceden de bases de datos retrospectivas o de pequeñas experiencias institucionales, ya que con demasiada frecuencia se excluye a los pacientes de edad avanzada de los estudios más amplios y de los ensayos controlados aleatorizados. El análisis retrospectivo no sólo conlleva sesgos bien conocidos, sino que también impide a los investigadores responder a preguntas muy relevantes del mundo real: "¿Cómo va a cambiar mi vida después de la cirugía?", "¿Es más probable que el cáncer o el tratamiento ofrecido acorten mi vida?", "¿Existen opciones de tratamiento no basadas en protocolos?". ¿Podré volver a ser funcional después del tratamiento?
Al mismo tiempo, dado que el cáncer ha crecido hasta convertirse en la primera causa de muerte entre las personas de 70-79 años, y una de las principales razones que afectan a la calidad de vida de las personas, muchos pacientes también tendrían que sopesar sus preocupaciones sobre una operación quirúrgica con las consecuencias de no recibir ningún tratamiento, o de recibir un tratamiento subóptimo. La bibliografía actual es incapaz de responder a estas preguntas esenciales, ya que no se dispone de pruebas sólidas: la calidad de vida, la recuperación funcional u otros resultados comunicados por los pacientes (PRO) no se recogen de forma rutinaria en estudios prospectivos o ECA, (en los que tampoco se recluta a pacientes de edad avanzada)
- ¿Qué tiene de especial la cirugía en el tratamiento del cáncer en Personas Mayores? ¿Debe tenerse en cuenta especialmente la calidad de vida, además del tratamiento del tumor?
Los procedimientos quirúrgicos pueden ser complicados y técnicamente exigentes, sin embargo, lo más difícil de valorar y aconsejar es la indicación de operar. La cirugía es la principal opción terapéutica para tratar el cáncer sólido, pero tenemos datos sólidos que demuestran que a muchos pacientes mayores no se les ofrece esta solución basándose únicamente en la edad. Esto se llama edadismo y tiene consecuencias increíblemente malas en términos de supervivencia relacionada con el cáncer para este grupo y para la población mundial en general.
Al mismo tiempo, cuando el paciente presenta un problema médico que requiere una solución quirúrgica, en asociación con varias enfermedades, un historial de medicación múltiple, problemas cognitivos y peticiones muy específicas, ¿cómo tomamos nuestras decisiones terapéuticas? Si este escenario clínico es demasiado complicado y queremos simplificarlo, ¿cómo aconsejamos a un paciente anciano con cáncer a favor o no de la cirugía o no? ¿Sabemos si es probable que la operación sea beneficiosa? ¿Podrá ella o él volver a hacer vida normal como antes de la cirugía?
- ¿Cuál es la preocupación del cirujano en estos tratamientos?
Lo que quita el sueño a los cirujanos es tener un rendimiento inferior al de sus pacientes. Esto significa no ser capaz de dar a alguien el mejor tratamiento quirúrgico para una determinada afección o ser capaz de hacerlo y aun así tener malos resultados clínicos debido a otras variables. Por eso el cuidado de los pacientes mayores es tan difícil y al mismo tiempo plantea un reto fascinante para todos los clínicos y los cirujanos en particular.
- Usted participa directamente en el estudio GOSAFE (Geriatric Oncology Surgical Assessment and Functional Recovery after Surgery). ¿Qué noticias o actualizaciones sobre el estudio considera importante compartir con otros profesionales sanitarios?
En su momento nos planteamos un caso clínico en el que un paciente preguntaba cómo saben los médicos si una operación puede ser beneficiosa o si podrá volver a hacer vida normal como antes de la intervención. Ahora sí lo sabemos, gracias al estudio GOSAFE.
Se necesitaron varios años para inscribir prospectivamente a pacientes en el estudio GOSAFE y dar una respuesta exacta a esta pregunta. Se trata de un consorcio internacional de la Sociedad Europea de Oncología Quirúrgica (ESSO) que, junto con el Comité Quirúrgico de la Sociedad Internacional de Oncología Geriátrica (SIOG), reclutó a 1005 pacientes y les hizo un seguimiento postoperatorio. Se evaluó la fragilidad de los pacientes mayores de 70 años mediante cuestionarios de calidad de vida que se registraron antes de la operación y se repitieron a los 3 y 6 meses del postoperatorio. También se registró la capacidad funcional perioperatoria en las actividades diarias, con métodos de prueba combinados, y se comparó por primera vez antes y después de un procedimiento quirúrgico mayor. Los resultados muestran que la mayoría de los pacientes de edad avanzada experimentan una buena calidad de vida y se mantienen independientes tras una cirugía mayor del cáncer. Ahora están claramente definidos los factores predictivos de la incapacidad para lograr estos resultados esenciales, lo que orientará el asesoramiento preoperatorio tanto de los pacientes como de los médicos.
- En su opinión, ¿cómo ha evolucionado la oncogeriatría en los últimos años?
Creo que los clínicos entienden cada vez más que la oncología geriátrica representa no sólo la mayor parte de sus actividades diarias, sino también la más desafiante. Al mismo tiempo, sólo una parte de nosotros piensa que no porque te enfrentes a un reto varias veces al día/semana te vuelves competente para resolverlo. Requiere dedicación, concentración y ayuda de compañeros más veteranos o competentes, junto con un sólido estudio del trabajo y la voluntad de aplicar lo que se lee. Esta es la razón por la que la oncología geriátrica se está convirtiendo en un "área de experiencia" para muchos especialistas en cáncer que son lo suficientemente inteligentes como para comprender la necesidad de un cuidado especial cuando se trata de tratar a adultos mayores con cáncer.
El problema que tenemos es que este enfoque, en las reuniones mundiales sobre el cáncer, no se considera lo suficientemente "sexy" o "cool" y los clínicos están más centrados en dedicar tiempo a una determinada nueva tecnología o a un nuevo producto farmacéutico que en dedicarse a algo tan intrincado como la oncología geriátrica. Es por ello que la labor de sociedades científicas como la Sociedad Española de Geriatría (SEGG) o la Sociedad Internacional de Oncología Geriátrica (SIOG) es tan crucial para concienciar y hacer entender a los clínicos que no están solos, sino que existe una comunidad de gente guay que comparte las mismas necesidades y la misma pasión por cuidar la miríada de pequeños detalles que forja el cuidado de los adultos mayores y que también entiende que una nueva herramienta (o un nuevo fármaco) sólo funciona si eres capaz de cuidar a la frágil persona que tienes delante, en su totalidad.