Fallecimiento del Dr. Fernando Perlado Ortiz de Pinedo
El pasado 10 de noviembre fallecía, a los 84 años, el Dr. Fernando Perlado Ortiz de Pineda. Llevaba bastante tiempo años retirado de cualquier actividad profesional y, por ello, su nombre, tal vez, no diga demasiado a las generaciones más jóvenes de nuestra Sociedad. Sin embargo Fernando Perlado ha sido uno de los grandes de la geriatría española y ha participado durante largos años de manera muy activa en su desarrollo hasta conseguir lo que la especialidad y la propia sociedad puedan ser a día de hoy en España.
Aragonés de nacimiento y estudios llevó a cabo su formación geriátrica en Inglaterra con grandes maestros, pioneros de la especialidad, como Robert Irvine y Tom Arie. Creo no equivocarme si digo que fue el primer español que completó una formación reglada en la cuna misma de la geriatría. A su vuelta a España se estableció profesionalmente en Zaragoza y allí plasmó en la práctica lo que había sido su aprendizaje en el Reino Unido.
En unos momentos en los que la palabra geriatría en nuestro país prácticamente quedaba circunscrita al ámbito de Cruz Roja y de sus instituciones, él logró establecer una sección con el nombre de la especialidad en el hospital San Jorge de Zaragoza en 1975. Su trabajo a partir de ese momento mantuvo una continuidad absoluta y bien pronto le llevó a asumir unos compromisos institucionales a los que se mantuvo fiel durante los treinta años siguientes, en un esfuerzo encomiable por expandir la doctrina y la práctica geriátrica.
Resumiré algunos de sus compromisos y aportaciones profesionales. En su ciudad organizó y presidió la Reunión Nacional de la SEGG -el equivalente a nuestros congresos anuales a día de hoy- en 1978. En ese mismo año paso a formar parte de la recién creada Comisión Nacional de la Especialidad de Geriatría, donde se mantuvo durante bastantes años. En 1987 su servicio del San Jorge fue uno de los primero acreditados en España para la formación de residentes de la especialidad. Promovió el nacimiento y fue primer presidente de la Sociedad Aragonesa de Geriatría y Gerontología, constituida en mayo de 1992. Más tarde, ya en 2001, fue el primer director de la “Gaceta de la SEGG”, antecesora inmediata de esta publicación. Lo hizo de manera continuada entre ese año y 2007, dejando constancia en ella de su personal forma de entender la comunicación entre sociedad y socios.
Sus discípulos son legión y me resulta imposible recordar a todos. Citaré a unos pocos y adelanto mis excusas por las inevitables omisiones a las que me puede llevar la memoria: Abel Hernández, José Manuel Cucullo, Ernesto García Arilla, Joaquín Midón (fallecido muy precozmente), Beatriz Gamboa, Pilar Mesa y un etc. muy largo entre los que se encuentran algunos de quienes con posterioridad, guiados por José Galindo, fueron pioneros para introducir en Huesca la especialidad.
Le gustaba la escritura, lo hacía muy bien con un estilo propio y fue bastante prolífico. Escribió sobre temas muy variados, en ocasiones con poca relación con la medicina Entre sus libros destacaré un breve texto de geriatría, que fue de los primeros publicados en España, y también otro, de gran valor testimonial, titulado “Treinta años de geriatría en España (1960-1990)”. En este último, a lo largo de 160 páginas, recoge 19 conversaciones, extensas y muy cuidadas, con otros tantos protagonistas de la geriatría española durante ese periodo
Fue un hombre vital, culto, abierto y sociable. Presto siempre al diálogo y protagonista comprometido con el crecimiento de la especialidad en unos años especialmente difíciles. Un hombre idealista, que, a pesar de una constancia demostrada con su testimonio a través de toda la vida, daba valor a los pálpitos, creía en los fogonazos de inspiración Así se desprende de sus sus propias palabras recogidas en las frases con las que voy a cerrar este pequeño homenaje. “Por encima de otros muchos argumentos a su favor (la geriatría) sigue siendo una cuestión de vocación. …. No se puede convencer a quien no quiere ser convencido. Para convencer hay que transmitir entusiasmo …… La irresistible atracción por la medicina geriátrica es producto de un gesto, una palabra, una señal, una sensación……”. No está nada mal
Gracias compañero. Descansa en paz
José Manuel Ribera Casado