La playa: Sácale el máximo partido
El mar, y en general el clima marino, se ha considerado, desde la antigüedad, muy beneficioso para la salud. La combinación de factores como la brisa, el agua del mar, la temperatura y la humedad del ambiente, las radiaciones solares, junto con la actividad física y la dieta han sido remedios terapéuticos que, incluso en la actualidad, siguen aportando grandes beneficios sobre el estado físico, funcional y emocional de las personas mayores.
El movimiento es salud
Destinar una hora diaria para practicar ejercicio es imprescindible para mantener y mejorar nuestro estado físico contribuyendo a promover un envejecimiento saludable. La playa nos permite combinar la actividad física acuática y terrestre, sumando los beneficios propios de cada medio.Para ejercitarnos en la playa podemos empezar con una caminata de diez minutos en la orilla del mar que estimulará nuestro sistema cardiorrespiratorio, mejorará nuestra circulación de retorno y nos permitirá activar la musculatura de forma global.
Después podemos realizar ejercicios dentro del mar, un poco más intensos y específicos de diferentes grupos musculares (40 minutos). Las propiedades del agua marina como la flotación, la resistencia del agua al movimiento, la presión del agua en el cuerpo, el oleaje y las corrientes subacuáticas nos permiten una mayor libertad de movimiento, nos aseguran la práctica de una actividad física segura y mantienen estimulado de forma constante nuestro sistema de equilibrio. Por ejemplo, caminar de puntillas, de talones, con pasos grandes, pequeños, doblando exageradamente las rodillas y caderas, caminar de medio lado, marcha atrás, correr, saltar… son ejercicios que tonificarán nuestros músculos de las piernas y del tronco, que están directamente implicados en el equilibrio y podrán prevenir caídas ocasionales si los mantenemos en forma.
Los ejercicios anteriores se pueden combinar con movimientos de las extremidades superiores; movimientos circulares con los hombros, subir, bajar, doblar, estirar, abrir y cerrar los brazos, apretar montones de arena con las manos…, todo ello nos facilitará tonificar la musculatura de los mismos, así como mejorar nuestra coordinación y psicomotricidad. También podemos dedicar unos minutos a practicar la natación, el buceo u otros deportes acuáticos, siempre y cuando se conozca la técnica adecuada, ya que, si no se conoce, pueden ser motivo de lesiones no deseadas.
Finalmente podemos dedicar los diez minutos restantes para volver a la calma o enfriamiento, realizando ejercicios de respiración profunda, estiramientos musculares, dejarnos mecer por las olas o simplemente tumbarnos en la arena de la playa, ya que nos proporcionará un estado de relajación y de bienestar tanto físico como mental.
Beneficios complementarios
El clima marino tiene efectos terapéuticos sobre el organismo gracias a la suma de diversos factores:- Una exposición correcta a los rayos solares resulta beneficiosa para el proceso de asimilación de calcio y fósforo en las estructuras óseas, teniendo también efectos analgésicos sobre los dolores musculares.
- La brisa marina está cargada de oxígeno y de otras partículas que el organismo humano absorbe a través de la respiración, teniendo efectos terapéuticos sobre las enfermedades del aparato respiratorio y estimulando el sistema inmunitario, especialmente en las personas con las defensas bajas.
- El clima marino es muy constante, tanto en invierno como en verano y con pocas variaciones entre el día y la noche. La humedad es casi siempre elevada y las lluvias abundantes, lo cual hace que la atmósfera sea especialmente limpia.
- El agua del mar es rica, en su composición, en minerales. Estos son absorbidos por la piel desempeñando un papel importante en el organismo, ya que son necesarios para la producción de hormonas y vitaminas.
- La inmersión en el mar, con una temperatura inferior a la corporal, provoca una sensación de frío en el organismo que estimula la constricción y dilatación de las vías circulatorias.
- La aplicación de arena de playa sobre las articulaciones y músculos (arenoterapia) está especialmente indicada en personas con enfermedades reumáticas, artrosis y traumatismos. La arena se calienta por la incidencia de los rayos solares llegando a alcanzar altas temperaturas. “Enterrarnos” durante diez, quince minutos en arena caliente puede aliviar muchos de los síntomas derivados de enfermedades articulares.
Para una rutina saludable…
- Evita las horas centrales del día para practicar ejercicio físico.
- No realices ejercicio físico más allá de una intensidad media o moderada.
- Combina el ejercicio acuático, con el agua a la altura de la cintura o pecho, y el ejercicio en tierra.
- Protege tu piel de las radiaciones solares con cremas de alto índice de protección.
- Mantén una buena hidratación mediante la ingesta de agua o zumos naturales.
- Practica ejercicio físico con amigos, conocidos… Esto favorecerá tus relaciones sociales.
- Y por supuesto… ¡disfruta de tus vacaciones!
Fisioterapeuta. Fundación Instituto San José. Madrid.