Melanoma: Claves para detectarlo a tiempo
Un melanoma es un tipo de cáncer cutáneo que altera unas células de nuestra piel (melanocitos), que son las que producen el pigmento de la piel, melanina, responsable del color de la piel y del cabello. Se considera que es el tumor cutáneo más peligroso y que es la causa principal de muerte debido a las enfermedades de la piel.
Este tipo de tumor puede aparecer en una piel normal o comenzar como un lunar u otra área que haya cambiado de apariencia. Algunos lunares que están presentes desde el nacimiento o la infancia, pueden convertirse en melanomas. En muy pocas ocasiones, los melanomas aparecen en otras zonas distintas de la piel, como pueden ser la boca o el ojo (en el iris o en la retina).
Cuatro formas diferentes
Desde un punto de vista médico, no todos los melanomas son iguales, diferenciándose varios tipos principales:Melanoma de extensión superficial: es el tipo más común, puede aparecer a cualquier edad o en cualquier parte del cuerpo, y es más común en personas de raza blanca.
- Melanoma nodular: aparece como un área elevada de color azul-negro oscuro o rojo-azulado.
- Melanoma lentigo maligno: suele aparecer en las personas de edad avanzada y ocurre más comúnmente en la piel dañada por el sol, sobre todo a nivel de la cara, el cuello y los brazos.
- Melanoma lentiginoso acral: es la forma menos común y generalmente aparece en las palmas de las manos, plantas de los pies o por debajo de las uñas, siendo más habitual en las personas de raza negra.
¿Tengo riesgo de desarrollar un melanoma?
Actualmente sabemos que el riesgo de desarrollar un melanoma aumenta con la edad, aunque también afecta a personas jóvenes y sanas.El desarrollo de un melanoma está relacionado con la exposición al sol o a la radiación ultravioleta, particularmente entre las personas de piel blanca, ojos azules o verdes y cabello rojo o rubio. Los expertos alertan de que el riesgo de sufrir este tumor se incrementa en un 75 por ciento cuando se empiezan a utilizar las camas solares antes de los 30 años. En este sentido se estima que más de cien sesiones de rayos UVA elevan el riesgo de melanoma.
Los factores de riesgo mejor identificados para desarrollar un melanoma son:
- El antecedente de haber tenido una o más quemaduras solares durante la niñez.
- El uso de bronceadores.
- Vivir en climas de mucho sol o a grandes alturas.
- La exposición prolongada a altos niveles de luz solar intensa, debido al trabajo o a otras actividades.
- El antecedente de tener familiares cercanos con antecedentes de melanoma.
- La presencia de ciertos tipos de lunares (displásicos y atípicos) o múltiples marcas de nacimiento.
- La exposición a químicos que puedan causar cáncer como arsénico, alquitrán de hulla y creosota.
- Un sistema inmunitario debilitado debido al SIDA, leucemias, trasplante de órganos, y medicamentos empleados para tratar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide.
Descubrirlo pronto
El melanoma puede diseminarse con mucha rapidez y comportarse de forma agresiva, pero también puede curarse si se diagnostica y se trata precozmente. Si un melanoma no se extirpa en sus estados iniciales, las células cancerosas pueden crecer hacia adentro, debajo de la superficie de la piel, e invadir tejidos sanos. Si se disemina a otras partes del cuerpo, puede ser difícil controlarlo.La clave para el tratamiento curativo del melanoma radica en reconocer pronto los síntomas. Por ello, hay que vigilar de forma periódica las lesiones cutáneas (es recomendable al menos una vez al mes) y programar un examen formal de la piel con un dermatólogo cada año.
Existen unos datos de alarma que pueden sugerir la existencia de un melanoma:
- Cambios en color, tamaño o textura de cualquier lesión previa de la piel.
- La aparición de dolor, hinchazón, sangrado o picazón en cualquier lesión previa de la piel.
Nuevos métodos diagnósticos
Además de la prevención, el diagnóstico precoz es una de las herramientas fundamentales en la lucha contra esta enfermedad. Por este motivo, se están intentando desarrollar técnicas diagnósticas más efectivas para poder detectar lo más precozmente posible, los cambios peligrosos que se producen en las lesiones cutáneas previas y poner así en marcha las medidas más adecuadas (seguimiento más estrecho y directo, biopsia, extirpación).La dermatoscopia digital es una técnica que combina la visión de la lesión cutánea y de zonas concretas de la piel, con una imagen digitalizada que permite su ampliación (entre cinco y 40 aumentos) y el análisis detallado de sus características (bordes de la lesión, pigmentación y carga de melanina, asimetrías, irregularidades…). Estas imágenes se pueden grabar en un ordenador y van a ser utilizadas por el dermatólogo en el seguimiento de las lesiones cutáneas para valorar de forma comparativa cómo cambian sus características en el tiempo.
Gracias a esta técnica, se pueden seleccionar las lesiones de mayor riesgo y decidir en qué momento se extirpan para evitar su transformación tumoral, evitando así retrasos diagnósticos, pero también extirpaciones innecesarias de lesiones benignas.
Esta técnica estaría especialmente indicada en el seguimiento de pacientes a los que se les extirpado un melanoma y controlar otras lesiones cutáneas, así como en pacientes con lesiones cutáneas atípicas y en personas con más de 30 ó 40 lunares.
Para prevenir…
- Aplícate diariamente un protector solar, habitualmente suele ser suficiente un factor de protección solar de 30. Úsalo incluso en invierno.
- Evita la exposición al sol, especialmente durante el verano, y particularmente entre las 10 de la mañana y las cinco de la tarde.
- Evita acostarte al sol o usar dispositivos bronceadores.
- Utiliza ropa protectora de color oscuro, así como sombreros y gafas de sol.
¿Cómo sé si tengo un melanoma?
El síntoma principal de cualquier cáncer de piel es generalmente un lunar, una úlcera o una elevación sobre la piel. Cualquier cambio en el aspecto de una úlcera cutánea pigmentada, así como el sangrado de las lesiones cutáneas, pueden ser una señal de advertencia que no se debe pasar por alto.Con frecuencia el primer signo de un melanoma es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar.
La mayoría de los melanomas tienen un área negra o negra azulosa, sin embargo, también puede aparecer como un lunar nuevo de color negro, anormal o de aspecto desagradable.
Existe una regla de letras: “A, B, C, D”, para ayudar a recordar los datos de alarma de las lesiones cutáneas y así identificar lo antes posible este tumor.
- Asimetría: el contorno de una mitad es diferente a la otra mitad.
- Bordes: los bordes son desiguales, borrosos o irregulares.
- Color: el color cambia de una zona a otra y puede incluir tonalidades negras, cafés y canela, con diferentes tonalidades en la lesión.
- Diámetro: hay cambios en el tamaño, generalmente se vuelven más grandes.
Geriatra. Hospital Clínico San Carlos. Madrid.