Uno de cada tres personas mayores de 65 años sufre una caída al menos una vez al año, mientras que más de 1.400 de ellas fallecen debido a este accidente en España, según informa la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). En concreto, según el informe de Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio (DADO), del Instituto de Consumo, la mitad de estos percances se producen en un mismo nivel y por tropiezo, sucediendo el 58 por ciento en el propio hogar.
Las personas mayores son consciente de que tienen posibilidades de caerse, idea que les puede llevar a sufrir problemas psicológicos, como miedo, ansiedad, inseguridad, e incluso una alteración de la percepción de la capacidad de caminar de forma segura. Este último hecho puede dar lugar a que el mayor deje de moverse y se convierta en una persona dependiente.
Otro problema relacionado es que la persona no quiera asumir que se ha caído, no se lo dice a nadie y, por tanto, no se pone remedio, lo que aumenta las posibilidades de que se vuelva a caer.
Adelantarse a la caída
Con ciertas medidas de prevención se pueden reducir las posibilidades de sufrir este percance, como es iluminar bien las habitación, quitar alfombras, cables y demás objetivos que pueden provocar un tropiezo, evitar los muebles con ruedas y los asientos sin reposabrazos, y mantener el suelo limpio para que se no produzcan resbalones.