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Nota de prensa de Alimentación

Solo el 18% de los pacientes con osteoporosis está diagnosticado y, entre las mujeres, solo un 10% recibe tratamiento

18% de pacientes con osteoporosis está diagnosticado y 10% de  las mujeres recibe tratamiento
  • La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente que se desarrolla silenciosamente a lo largo de años, pasando desapercibida hasta que debuta clínicamente con las temidas fracturas.
  • Se estima que una de cada dos mujeres y uno de cada tres hombres por encima de los 60 años sufrirá, a lo largo de su vida, una fractura osteoporótica.
  • Las más graves desde la perspectiva del anciano son las fracturas de cadera. Cerca del 20 por ciento de los ancianos que ha sufrido esta lesión fallece en los seis meses siguientes.
  • Gracias a la densitometría tenemos una herramienta diagnóstica a nuestro alcance que nos permite adelantarnos a la aparición de la fractura.
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente. Se estima que aproximadamente tres millones de personas la sufren en España (2,5 millones son mujeres). “Es una enfermedad presente desde la antigüedad, si bien no ha sido siempre fácil llegar a su diagnóstico antes de que la fractura se produzca. De igual forma que otras patologías crónicas, la osteoporosis se desarrolla silenciosamente a lo largo de años, pasando desapercibida hasta que debuta clínicamente con las temidas fracturas”, explica el doctor Alfonso González, geriatra del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y coordinador del Grupo de Osteoporosis, Caídas y Fracturas de la SEGG, durante el marco del 56 Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y el 20 Congreso de la Societat Catalana de Geriatría i Gerontología (SCGG), que se celebra en Barcelona del 21 al 23 de mayo de 2014.


Una enfermedad poco diagnosticada

A día de hoy se calcula que solo el 18 por ciento de los pacientes está diagnosticado y, entre las mujeres con osteoporosis, solo un 10 por ciento recibe tratamiento, informa el doctor González.

“Desde el punto de vista de las fracturas, se estima que una de cada dos mujeres y uno de cada tres hombres por encima de los 60 años sufrirá, a lo largo de su vida, una fractura osteoporótica. Estas fracturas no solo están asociadas a una mayor morbi-mortalidad, sino que suponen una importante carga económica y un gran impacto a nivel personal, familiar y social”, recuerda.

Cada año, la osteoporosis causa más de 1,3 millones de fracturas de vértebras, muñeca o cadera en el mundo, pero las más graves desde la perspectiva del anciano —aunque no las únicas— son las fracturas de cadera. “Cerca del 20 por ciento de los ancianos que ha sufrido esta lesión fallece en los seis meses siguientes. Por si esto fuera poco, de los que sobreviven, solo un 30-40 por ciento recupera su autonomía y un nivel de actividad similar al de antes de la fractura, quedando dependientes de terceros para ejercer su autocuidado otro 30 por ciento”, concluye el doctor González.


La densitometría, una prueba fundamental

Gracias a la densitometría tenemos una herramienta diagnóstica a nuestro alcance que nos permite adelantarnos a la aparición de la fractura. Igualmente, nos permite monitorizar el éxito o fracaso de los tratamientos. No obstante, la densidad mineral ósea no es el único factor a tener en cuenta, aunque por el momento sea uno de nuestros mayores aliados. No solo importa la cantidad, sino también la calidad del hueso, y ahí entran en juego otros conceptos emergentes como la microarquitectura, el grado de porosidad cortical, el número de trabéculas y conectividad entre las mismas en el hueso esponjoso, la distribución de las fibras colágenas en la matriz extracelular, la mineralización de ésta, etcétera.


Recomendaciones de la SEGG

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología indica que tienen que hacerse una densitometría ósea de forma periódica:
  • Las mujeres postmenopáusicas candidatas a tratamiento hormonal sustitutivo.
  • Los pacientes en los que exista sospecha de fractura o aplastamiento vertebral tras practicarles una radiografía convencional.
  • Los pacientes que siguen un tratamiento prolongado con corticoides.
  • Los afectados por hiperparatiroidismo primario asintomático (una enfermedad metabólica ósea).
  • Todas las personas diagnosticadas de osteoporosis tras comenzar el tratamiento.
Además, es recomendable que se hagan esta prueba las personas que están en mayor riesgo de padecer osteoporosis: las mujeres mayores de 65 años y los hombres mayores de 70 años. Y por debajo de esas edades, también puede ser útil para conocer el riesgo de osteoporosis de las personas con antecedentes familiares de esta enfermedad, afectadas por artritis reumatoide, –sobre todo si es de larga evolución–, enfermedad renal crónica, trastornos alimentarios, menopausia precoz, así como los fumadores, entre otros grupos de población.

Por otra parte, en el marco de la prevención también juega un papel importante seguir una dieta rica en calcio y vitamina D, ya que estos nutrientes son fundamentales para gozar de una buena salud ósea. Pero, según recuerda el doctor González, su consumo no debe comenzar cuando la osteoporosis amenaza con aparecer, sino que desde niños se deben seguir las indicaciones médicas relacionadas con la ingesta recomendada de calcio y vitamina D.

Otras recomendaciones son realizar ejercicio físico, ya que es uno de los factores que estimula la formación ósea a cualquier edad, evita parcialmente la pérdida de masa ósea que se da durante la menopausia y desarrolla la fortaleza muscular; y evitar el consumo de productos tóxicos. La nicotina produce un efecto antiestrogénico porque acelera la eliminación de los estrógenos. Por esta razón, a las mujeres fumadoras les llega antes la menopausia y su correspondiente pérdida de hueso. A su vez, la nicotina aumenta la eliminación del calcio por orina. Además, el alto consumo de cafeína y alcohol está relacionado con un alto riesgo de fracturas por osteoporosis.

El doctor Alfonso González, recuerda la importancia de la constancia, “todas estas medidas son fundamentales para combatir la osteoporosis, pero sin duda una de las más importantes es la constancia con la medicación. Aunque el paciente se encuentre bien, si su médico le ha puesto en tratamiento, éste debe seguirse tal cual se le ha indicado. Confiar en que ya estamos curados porque no sentimos ningún síntoma, y abandonar la medicación, es un error que conlleva un empeoramiento de la enfermedad”.

Por último, enfatiza el doctor González, “la valoración de las caídas entre la población anciana es fundamental en la prevención de fracturas: si tratamos la osteoporosis y descuidamos el abordaje de este importante síndrome geriátrico nuestras medidas de prevención, al aplicarse al paciente mayor, muy probablemente fracasen. Es urgente una mayor sensibilización de la población general respecto a este importante problema de salud, pero también de las autoridades sanitarias y de los propios profesionales sanitarios; y es tarea fundamental de la Geriatría promover el cambio de mentalidad respecto a las caídas”.

Tal vez la difusión de todos estos conocimientos hagan por fin que, dentro de unos años, la osteoporosis deje de ser la epidemia silente que es en la actualidad para convertirse en una enfermedad prevenible y tratable.
 
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