El 3,7% de los mayores de 70 años padecen glaucoma, la segunda causa de ceguera mundial
- La detección precoz es el tratamiento más efectivo contra el glaucoma, sin embargo la mitad de la población afectada, lo desconoce, ya que a penas causa con sintomatología.
- En nuestro país, el glaucoma afecta a un millón de personas y su incidencia aumenta con la edad, especialmente a partir de los 60 años.
- La SEGG aboga porque exista una coordinación entre el médico de familia, el geriatra y el oftalmólogo para tratar esta patología y evitar una ceguera irreversible.
El enemigo silencioso
La principal característica del glaucoma es la ausencia de síntomas, lo que explica la dificultad de detección. “En la forma más común de glaucoma -primario de ángulo abierto o crónico simple- no hay síntomas ni dolor; el paciente va perdiendo la visión de manera imperceptible y progresiva”, comenta el Dr. José Antonio López Trigo, geriatra y presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. “La falta de sintomatología, hace que en muchas ocasiones el hallazgo sea casual tras una visita al especialista por otro motivo, y en otras ocasiones cuando los pacientes acuden a la consulta por percibir alteraciones en su campo visual, ya es demasiado tarde, pues ya se han producido lesiones severas, que desgraciadamente son irreversibles”, explica el Dr. López Trigo.
Una enfermedad neurodegenerativa. Se puede tratar, pero no curar
Esta enfermedad ocular se debe al daño a nivel de la cabeza del nervio óptico, que provoca una alteración del campo visual, y se suele asociar a un aumento de la presión intraocular. Hoy se considera una enfermedad neurodegenerativa ya que existe una muerte de las células ganglionares de la retina. Igual que con otras enfermedades de carácter neurodegenerativo, como por ejemplo el Alzheimer, el éxito de la cura está ligado a la obtención de tratamientos capaces de proteger y regenerar las células. A medida que la enfermedad evoluciona, va produciendo una restricción del campo visual desde la periferia hacia el interior, lo que se denomina “visión en forma de tubo”. En el 5% de los casos, a pesar del correcto tratamiento médico o quirúrgico, encaminado a controlar la presión intraocular, conduce a la ceguera de forma irremediable. De ahí la “importancia de identificar y tratar los casos de forma precoz, ya que de esta forma, la ceguera podría evitarse en más del 95% de los casos” explica el doctor José Antonio López Trigo.
La edad, factor de riesgo
Aunque el glaucoma puede aparecer a cualquier edad, incluso de forma congénita, lo cierto es que el riesgo aumenta a partir de los 60 años con una incidencia del 2,1%. Esta cifra asciende al 2,3% en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,7%.
Pero además, existen otros factores de riesgo como la diabetes, la presión intraocular alta, antecedentes familiares de glaucoma, miopía elevada o la hipertensión arterial. En caso de tener alguno de estos factores, conviene acudir al oftalmólogo u óptico-optometrista para realizar revisiones al menos una vez año. En este sentido, la SEGG aboga porque exista una coordinación entre el médico de familia, el geriatra y el oftalmólogo para tratar esta patología y evitar una ceguera irreversible que afecta en mayor grado a las personas mayores, mermando su calidad de vida y autonomía personal.