La EPOC es la primera causa de mortalidad evitable, y está “infradiagnosticada e infratratada”.
EPOC, primera causa de muerte evitable en España
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 328 millones de personas padecen EPOC en todo el mundo (se estima que unos 168 millones de varones y 160 millones de mujeres), siendo más inquietante su previsión ya que en el año 2030, alrededor del 8% de todas las muertes serán producidas por la EPOC.
En España, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la EPOC representa la cuarta causa de muerte en la población general, la tercera en el caso de los varones, y es una de las pocas afecciones cuya mortalidad sigue aumentando. Lamentablemente, sigue siendo la primera causa de muerte evitable en España, estimándose que cada año mueren unos 18.000 españoles por causa de la EPOC.
A través del estudio EPISCAN, realizado hace unos 10 años en nuestro país, conocimos que la EPOC afectaba en España a un 10% de la población entre 40 y 80 años, siendo su prevalencia mayor en los varones y que aumentaba con la edad y el historial tabáquico. Así, la mayor frecuencia se daba en el grupo de pacientes comprendidos entre los 70 y los 80 años, en los que se elevaba hasta el 23%, alcanzando incluso el 50% en los varones con una mayor historia de tabaquismo (consumo de cigarrillos acumulado superior a 30 paquetes/año). Además, se comprobó que el porcentaje de infradiagnóstico era muy elevado, en torno al 70%, así como el del infratratamiento que fue del 50%.
“No obstante, explica el Dr. Verdejo, no disponemos de datos epidemiológicos por encima de los 80 años de edad, aunque muy probablemente el impacto de la enfermedad sea superior”.
Características propias del paciente mayor
En el caso del paciente mayor, la EPOC tiene algunas características propias. Así, algunos autores consideran la EPOC como un envejecimiento acelerado del pulmón, poniéndose en marcha un mecanismo de inflamación sistémica de bajo grado y potenciándose las situaciones oxidativas, inflamatorias y procoagulantes. De hecho, explica el Dr. Verdejo, “muchos de los pacientes con EPOC avanzada presentan sarcopenia y pérdida de fuerza muscular. En ese sentido, se ha demostrado que los pacientes mayores de 80 años hospitalizados por exacerbación de EPOC tienen más comorbilidad y mayor dependencia funcional que los pacientes más jóvenes, y además, los pacientes mayores de 85 años ingresados por exacerbación tienen el triple de posibilidades de fallecer durante el ingreso o en un periodo corto tras el alta”.
No es solo una enfermedad pulmonar
Pero además, actualmente se acepta que la EPOC no es una enfermedad limitada a los pulmones, sino que la inflamación característica de esta enfermedad afecta prácticamente a todo el organismo, con la presencia de miopatía, malnutrición, depresión, deterioro cognitivo o caídas. “En la última década, -comenta el Dr. Verdejo- nuestro conocimiento sobre la EPOC ha aumentado de forma importante, conociendo mejor su etiopatogenia, pudiendo diferenciarse actualmente diversas formas clínicas en base al fenotipo del paciente y clasificarse en base a escalas de gravedad, con implicaciones pronostica y terapéutica”.
No hay tratamiento específico para el paciente geriátrico
Con respecto al tratamiento del EPOC, no se disponen de guías específicamente diseñadas para el paciente de edad avanzada (mayor de 80 años), y lo que se intenta hacer es adaptar las guías generales a este grupo de población, ya que en la mayor parte de los ensayos clínicos los pacientes mayores no han sido incluidos. Por ello, el tratamiento no difiere inicialmente del que se propone en pacientes más jóvenes, e incluso en los mayores, el abandono del tabaquismo disminuye la pérdida de función pulmonar y la mortalidad, por lo que el primer escalón del tratamiento es conseguir la abstención tabáquica. Los objetivos del tratamiento deben ir dirigidos a frenar la pérdida de función pulmonar, prevenir las exacerbaciones, mejorar el estado de salud y la capacidad de esfuerzo y en último término disminuir la mortalidad. El esquema de tratamiento está basado fundamentalmente en fármacos inhalados de tres familias diferentes: betamiméticos, anticolinérgicos y corticoides inhalados, habiendo aparecido últimamente nuevos fármacos, que están consiguiendo mejorar el pronóstico.
“Sin embargo, -concluye el Dr. Carlos Verdejo-, hemos de prestar especial atención a la polifarmacia y a las posibles interacciones farmacológicas, así como al empleo adecuado de los inhaladores en la población mayor, debiendo mejorar nuestra intervención en la fase aguda, ya que todavía la posibilidad de recibir un tratamiento correcto durante la exacerbación es menor en los pacientes de edad avanzada”.