Grupos de trabajo: Oncogeriatría

Practical Assessment and Management of Vulnerabilities in Older Patients Receiving Systemic Cancer Therapy: ASCO Guideline Update.

Dale W, Klepin HD, Williams GR, Alibhai SMH, Bergerot C, Brintzenhofeszoc K, Hopkins JO, Jhawer MP, Katheria V, Loh KP, Lowenstein LM, McKoy JM, Noronha V, Phillips T, Rosko AE, Ruegg T, Schiaffino MK, Simmons JF Jr, Subbiah I, Tew WP, Webb TL, Whitehead M, Somerfield MR, Mohile SG
Journal of Clinical Oncology, 2023

La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) ha publicado Practical Assessment and Management of Vulnerabilities in Older Patients Receiving Systemic Cancer Therapy: ASCO Guideline Update. Junto a este artículo, publicó uno complementario de preguntas y respuestas respecto a la valoración geriátrica y a las pautas actualizadas.

El propósito del artículo es actualizar la guía ASCO del 2018 sobre evaluación y manejo de déficits en pacientes mayores que reciben tratamiento onco-específico. Las recomendaciones instan al uso clínico de la valoración geriátrica (VG), como modificadora del tratamiento, ajuste de dosis, prevención de efectos secundarios, mejor calidad de vida y los mismos excelentes resultados en la atención al paciente con cáncer. Es una forma de medicina de precisión.

La presente actualización fue motivada por la publicación de dos grandes ensayos clínicos, GAP70+ y GAIN, que evaluaron, si al integrar la Valoración Geriátrica (VG) en el manejo clínico, se reducía la toxicidad grave relacionada con la quimioterapia. Ambos encontraron beneficios clínicamente significativos.

Las recomendaciones están basadas en la revisión por parte de un panel de expertos de 26 estudios entre los que incluyen ensayos clínicos aleatorizados, estudios de cohortes y revisiones sistemáticas. Aborda dos preguntas clínicas generales: ¿Influye la VG en mejorar los resultados clínicos de los pacientes que van a someterse a quimioterapia o a otros tratamientos sistémicos? ¿Qué herramientas y componentes de la VG deben usar los médicos para predecir los resultados adversos (incluida la toxicidad y la mortalidad de la quimioterapia) y guiar el manejo?

Se realizan las siguientes recomendaciones: (Tabla1 del artículo)

1. A todos los pacientes de 65 años o más con cáncer se debe realizar una VG y posiblemente adaptar su tratamiento y actuar sobre otros déficits identificados por la VG (Grado de Recomendación Fuerte y Evidencia Alta). Recomienda la valoración de la Toxicidad de la Quimioterapia mediante Chemo-Toxicity Calculator del Grupo CARG y la expectativa de vida mediante ePrognosis.
2. Valora que herramientas son las más adecuadas para su uso en la práctica oncológica diaria. En ese contexto, defiende el uso de La Evaluación Geriátrica Práctica (PGA). (https://oldprod.asco.org/sites/new-www.asco.org/files/content-files/practicepatients/documents/2023-PGA-Final.pdf) (Grado de Recomendación débil y Evidencia moderada). Herramienta que ASCO considera fácil de aprender, requiere poco tiempo para completarse y disponen de videos explicativos para aprender a realizarla.

El artículo se presentan varias limitaciones. La evidencia más sólida, que respalda el uso de la atención basada en la VG, proviene de estudios que reclutan pacientes con tumores sólidos o linfomas y que reciben quimioterapia. Se sabe menos sobre otras poblaciones y sobre el uso de terapias novedosas, inmunoterapia, trasplante de médula ósea u otras terapias celulares; está claro que se necesitan estudios más rigurosos en estas terapias.
Otra área donde se necesita trabajo adicional es el momento de la VG. La mayoría de los estudios han demostrado su valor como herramienta de evaluación de riesgos, para identificar y (con suerte) evitar resultados adversos. Pero se sabe menos de cuando repetir la VG y cuándo es más valioso reevaluar a los pacientes. Quizás haya mejores momentos en el curso de la enfermedad, momentos de recurrencia o cuando se considera un cambio terapéutico o después de la toxicidad, que también serían importantes.

Estefanía Arias Muñoz
Facultativo Especialista en Geriatría
Hospital Universitario Infanta Sofía (Madrid)